Fantasy
Ah estrellitas taiwanesas de mi lápiz
glint stars, brillan van como el gorjeo
de colibríes primeros en el tibio
día estival. Harta a veces de mis plumas
y mis pétalos pero nunca, aun de lejos
de esa mirada dulce y atenta
con que la perra ¿ves? sigue mis gestos.
Así sigo la llegada de los mirlos
negros o aquellos aros entreabiertos
en los cielos hacia el sur cuando corre
el chevalier por la autopista y gana norte.
Ata un hilo a la llanura y no se fuga
en las islas enhebradas de sonidos
hermosos y nasales, paraguayos
bogando sobre el río. Es santo lo visto
y lo no veído, no tengo queja
aunque a veces tenga penas, de otros
y las mías. Tan justa me parece
la oportunidad de vivir Dios nuestro
viviéndote en nuestras vidas,
otra cosa no quiero sino ésta
y que la casa del horror retroceda,
no la muerte cuyo manto nos abriga
mas la mísera en mi alma agazapada
mezquindad que nada sabe de la dicha.
Manojito de trigo por la paz
y el milagro, por el trabajo sanos
y salvos, cómo te extraño mi amigo
que andás por el Rosario, aquí sin vos
en el día de tu cumpleaños, cálido
día de agosto siembro y recorto
cuando pasan en lo alto aros entreabiertos
de golondrinas, una v romántica,
los chimpancés reconocen la figura:
son pájaros y nosotros leviatán
herido por no recordar que alguna
vez separado fue nada, glint stars,
estrellas a lo lejos uno de otro.
26.3.09
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