"La poesía ha sido en todo tiempo vivir según la carne. Ha sido el pecado de la carne hecho palabra, eternizado en la expresión, objetivado. El filósofo a la altura en que Platón había llegado, tenía que mirarla con horror, porque era la contradicción del logos en sí mismo al verterse sobre lo irracional. La irracionalidad de la poesía se concretaba así en forma más grave: la rebeldía de la palabra, la perversión del logos funcionando para descubrir lo que debe ser callado, porque no es. En suma, una falsa verdad. Verdad porque se muestra como la verdad en la palabra, por el camino de su aparición. Y falsa porque descubre lo que por no alcanzar el supremo rango de ser, no tiene por qué manifestarse."
"El logos -palabra y razón- se escinde por la poesía, que es la palabra, sí, pero irracional. Es, en realidad, la palabra puesta al servicio de la embriaguez. (...) La poesía es embriaguez y sólo se embriaga el que está desesperado y no quiere dejar de estarlo. El que hace de la desesperación su forma de ser, su existencia."
De Filosofía y Poesía
María Zambrano
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