Si como me explican
es en el fútbol donde
se reconoce al generoso
al cobarde y al malvado
y es allí donde también
se aprende a caer
sin lastimarse tanto,
sin tanto magullón,
ahora todo se esclarece
y maldigo, sí,
maldigo esta perra suerte
de ir por el mundo
sin saber quién es quién
sin poder distinguir
al detestable, al que me dará
patadas y me dejará
sangrando en el piso,
del desprendido que
me ofrecerá su mano
su moneda y su pañuelo.
Así, corriendo siempre
para el lado equivocado,
para el otro lado, cayendo,
cayendo sin saber cómo,
golpeando otra vez
la frente contra la vereda.
15.4.09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario