29.6.09

Ataque al pueblo hondureño

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado ayer al filo de las cinco de la mañana por un comando militar que, tras enfrentarse durante unos 20 minutos con su guardia personal, le apuntó con fusiles al pecho y la cabeza, para después, aún con ropa de dormir, expulsarlo vía aérea a Costa Rica, donde hizo un llamado a la sociedad hondureña a resistir pacíficamente el crimen de Estado.

Las fuerzas militares salieron hoy a repeler al pueblo hondureño que ha mantenido la protesta en repudio al golpe de estado: preparan bombas lacrimógenas para hacer frente a un pueblo desarmado que sólo esgrime voces de protestas para exigir el retorno del presidente constitucional. Miles se encuentran frente al palacio presidencial cantando el himno nacional. Y los movimientos sociales, sindicales y la sociedad civil se movilizan a la capital desde diversas localidades del país en apoyo a Zelaya. Desde Estados Unidos, pasando por el Grupo de Río (del que forma parte la Argentina), la ONU, la Unión Europea, Centroamérica y el ALBA, todos han pedido la restitución de Zelaya en la presidencia.

Honduras es uno de los países más injustos del mundo. El 63% de los 7,3 millones de habitantes son pobres y de éstos el 45,6% son indigentes. La mitad de los chicos entre 3 y 5 años sufren de desnutrición severa. No obstante, el país tiene 113.000 km2 de planicies fértiles y abundante riqueza minera, como oro. Su economía depende casi absolutamente de EE.UU., a donde exporta el 70% de su producción y del que recibe la mitad de sus importaciones. La sumisión colonial, de la que la élite hondureña sacó siempre suculentas ventajas, ha marcado su historia. Primero con España y, desde el siglo XIX, con el naciente imperio norteamericano. Recién con la asunción de Zelaya, el país dio un giro y buscó nuevas alianzas. Una es con Venezuela a través de Petrocaribe, un acuerdo por el que Honduras recibe una cuota de petróleo, financiando el 40% de la compra a 25 años con 1% de interés. Otra es con los países de la alianza bolivariana, ALBA.

"La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de Estado en Honduras es una reedición del que se perpetrara en abril de 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que consciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, no bien encarcelaron a Hugo Chávez, los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero”. Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró ayer como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano." Atilio Borón

Fuentes: Página 12, Télam, Telesur, Clarín, La Jornada de México.

1 comentario:

PC dijo...

El gorilismo volvio a golpear.
Primero fueron por Venezuela y no pudieron, despues fueron por Boliva y tampoco pudieron, ahora van por Honduras...esto me huele al princio de algo que esta podrido.