hacia tu percepción de las cosas
e insisten en aquella misma piedra
como si no fuera ya tiempo
de catalogar los obstáculos
o por lo menos de plantearse
alguna hipótesis efímera y abandonar
esta costumbre del lanzamiento
para esperar después
la consabida pérdida de impulso.
De la serie Breve historia de la mecánica celeste
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